Actualizado marzo 16, 2016
En esta oportunidad queremos contarles acerca del porqué la energía sustentable no termina de desarrollarse, teniendo en cuenta, sobre todo los intereses económicos que no hacen esto posible.
Decimos que el desarrollo de la energía sustentable está frenado por intereses económicos. Esto es así porque las principales legislaciones del mundo responden a los intereses económicos, frenando su desarrollo. Si las empreasas más grandes, encargadas de este sector de la economía se hicieran cargo del costo que supone reparar los daños al medio ambiente que provocan a diario, estaríamos hablando del auge de la energía sustentable.
Sistema energético que responde a los intereses económicos
Según un estudio revelador realizado por científicos del Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) de Austria, junto al Instituto para la Investigación de Impactos del Clima, de Alemania, publicado recientemente en la prestigiosa revista académica PNAS (Proccedings of the National Academy of Sciences) de EEUU., existe una estructura rígida y enquistada en la economía energética que favorece el uso de combustibles fósiles y de energía nuclear, pese al daño comprobado al medio ambiente y la ecología.
¿De dónde proviene este sistema?
Según la evaluación de los procesos históricos de transición en el uso de energías que ha realizado el estudio citado, la década de 1970 fué un momento clave que definió la rigidez del sistema energético como lo conocemos hoy.
Teniendo en cuenta la evolución tecnológica que se experimentaba en la decada del ’70, todo parecía indicar que la producción energética debía orientarse hacia fuentes renovables como la energía solar, la energía hídrica o eólica. Sin embargo, la energía nuclear y la proveniente de combustibles fósiles también se desarrollaba, y las inversiones ya estaban puestas en ese sentido. Como consecuencia de ello, las enormes ganancias ya podían verse, por lo cual la balanza terminó inclinándose hacia el sistema energético vigente hoy en día.
Este estudio llevó más de 40 años de investigación en áreas relacionadas a la energía y la tecnología, pudiendo demostrar el mecanismo a través del cual determinadas tecnologías sobresalen del resto por ser muy redituables econmómicamente a un sector determinado. Ello actúa como una barrera para el desarrollo de otras áreas que podrían generar una competencia favorable para toda la sociedad.
Se trata del denominado «bloqueo económico-tecnológico», que está ya desde hace mucho tiempo, obstaculizando la transformación de la humanidad hacia un sistema energético sostenible, amigo del medio ambiente y comprometido con la ecología.
¿De qué forma se puede cambiar éste bloqueo?
La única forma para desestabilizar éste sistema energético contaminante y tan arraigado en el mundo actual sería aprobando y aplicando leyes que obliguen a las principales empresas prestadoras de estos servicios a hacerse cargo del costo económico para reparar los daños ecológicos y medioambientales que provocan.
Además, el desarrollo sostenible implica un cambio de modelo, consistente en reconstruir los sistemas humanos que únan armoniosamente los sistemas naturales, integrando los sistemas humanos dentro de los sistemas naturales. Pero para ello es menester conocer los principios de organización y funcionamiento de los ecosistemas naturales y adaptar el sistema social a dichos principios.
En ese sentido, la sociedad como la conocemos hoy, sustentada sobre un sistema económico basado en el intercambio de bienes y capital debería replantear la utilización de sus instrumentos, aprovechando mucho mejor los recursos que necesita y reduciendo la cantidad de residuos, fomentando su reutilización y reciclaje.
Se hace necesario, por lo tanto, una asociación solidaria entre los hombres y del hombre con la naturaleza, pensando en las generaciones futuras y espetando los límites de regeneración y absorción de los ecosistemas, para que puedan disponer de tantas opciones vitales como las generaciones actuales.
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