Actualizado septiembre 11, 2019
Hoy en día debido a los graves impactos causados por el ser humano al medio ambiente a lo largo de la historia, surge una preocupación por el estudio de las relaciones entre el medio ambiente y la sociedad, y con ello también se crea el concepto de ecología humana.
La ecología humana podemos definirla como: «el estudio de la estructura y desarrollo de las comunidades humanas y de las sociedades en términos de las poblaciones humanas adaptadas a sus ambientes, teniendo en cuenta los sistemas tecnológicos y patrones de organización social y cómo esa adaptación se lleva a cabo«. «Esta disciplina representa una aplicación de las perspectivas de las ciencias biológicas y sociales«.
Es sumamente importante entonces pensar en la interacción de los seres humanos y el ecosistema, como algo más amplio, es decir, como la interacción del sistema social humano y el resto del ecosistema.
Intercambio de materia, energía e información
Las actividades humanas están fuertemente influenciadas por la sociedad y siempre ejercen algún impacto sobre los ecosistemas en que viven las personas, por lo tanto, el sistema social es un elemento central dentro de la ecología humana. Los sistemas sociales pueden tener diferentes escalas, desde una familia hasta la totalidad de la población humana del planeta.
Entre el ecosistema y el sistema social existe un movimiento de materia, energía e información como consecuencia de las actividades humanas que influyen en el ecosistema.
Hay muchos ejemplos que les podría nombrar de tipos de interacciones entre el sistema social y el ecosistema. Una actividad del ser humano impacta en el medio ambiente y esto puede causar unos efectos en el ecosistema, posteriormente, se puede dar un cambio en el comportamiento del ser humano para adaptarse a esos efectos, y tras ese cambio, el medio puede verse afectado de nuevo de otra manera, y así sucesivamente, afectando uno al otro todo el tiempo.
Estos impactos no siempre son negativos ya que también existen ejemplos de buenos comportamientos de los seres humanos con respecto a su medio ambiente y la respuesta del mismo será favorable. Por lo tanto, no podemos olvidarnos de que seguimos viviendo en el Planeta y que todo lo que hagamos en él tendrá una repercusión en nuestro presente y nuestro futuro.
Vamos a comenzar definiendo un poco mas este concepto básico que todos debemos tener claro para comprender la importancia de nuestra interacción con el medio ambiente y como nuestras acciones influyen directamente en los ecosistemas.
¿Qué es la Ecología Humana?
Para recordarles, la ecología, como bien la hemos definido en otras publicaciones, es la ciencia que estudia las relaciones entre los seres vivos y su medio ambiente. La ecología humana trata de las relaciones entre las personas y el medio ambiente. El medio ambiente, en la ecología humana se percibe como un ecosistema. Un ecosistema es todo lo que existe en un área determinada – el aire, el suelo, el agua, los organismos vivos y las estructuras físicas, incluyendo todo lo construido por el ser humano. Las porciones vivas de un ecosistema – los microorganismos, las plantas y los animales (incluyendo a los seres humanos) – son su comunidad biológica.
Los ecosistemas pueden ser de cualquier tamaño. Un pequeño estanque en un bosque es un ecosistema, y el bosque entero es un ecosistema. Una granja es un ecosistema, y un paisaje rural es un ecosistema. Las villas, los pueblos y las grandes ciudades son ecosistemas. Una región de miles de kilómetros cuadrados es un ecosistema, y el planeta Tierra es un ecosistema.
Aunque los seres humanos son parte del ecosistema,a veces resulta bastante útil pensar en la interacción de los seres humanos y el ecosistema como la interacción del sistema social humano y el resto del ecosistema. El sistema social incluye todo acerca de las personas, su población y la psicología y organización social que moldean su comportamiento. El sistema social es un concepto central en la ecología humana porque las actividades humanas que ejercen algún impacto sobre los ecosistemas están fuertemente influenciadas por la sociedad en que viven las personas. Los valores y conocimientos – que constituyen juntos nuestra cosmovisión como individuos y como sociedad – determinan la manera en que procesamos e interpretamos la información y cómo la traducimos en acción. La tecnología define nuestro repertorio de acciones posibles. Estas posibilidades son limitadas por la organización social, y las instituciones sociales que especifican conductas socialmente aceptables, transformándolas en acciones reales. Al igual que los ecosistemas, los sistemas sociales pueden tener cualquier escala – desde una familia hasta la totalidad de la población humana en el planeta.
Con este cuadro resumen se explica lo expresado anteriormente acerca de la relación entre el sistema social humano y el ecosistema.
El ecosistema le proporciona servicios al sistema social transportando materia, energía e información hacia el mismo, para satisfacer las necesidades de las personas. Estos servicios ambientales que el ecosistema nos provee serian el agua, combustibles, alimentos, materiales para confeccionar vestimentas, materiales de construcción, y oportunidades de recreo. Los movimientos de materia son evidentes; los de energía e información no lo son tanto. Cada objeto material contiene energía, y cada objeto contiene información en la manera en que está estructurado u organizado. La información puede moverse de los ecosistemas a los sistemas sociales, independientemente de la materia.
La materia, energía e información se mueven del sistema social al ecosistema como consecuencia de las actividades humanas que ejercen algún impacto sobre el ecosistema:
- Las personas afectan al ecosistema cuando utilizan recursos como agua, peces, madera, y tierras de pastoreo.
- Después de utilizar los materiales de los ecosistemas, las personas los devuelven como desechos.
- Las personas modifican o reorganizan intencionalmente los ecosistemas existentes, o los crean nuevos, para satisfacer sus necesidades de la mejor manera posible.
Mediante la utilización de máquinas o trabajo humano, las personas utilizan energía para modificar o crear ecosistemas moviendo materiales dentro de ellos, o entre unos y otros.
Un ejemplo muy claro de interacción entre el sistema social y el ecosistema: la destrucción de animales marinos mediante la pesca comercial
Entonces, como bien dijimos al principio, La ecología humana analiza las consecuencias de las actividades humanas como una cadena de efectos a través del ecosistema y el sistema social humano. La pesca se dirige hacia una parte del ecosistema; es decir, los peces, pero tiene efectos imprevistos en otras partes del ecosistema los cuales inevitablemente desencadenan una serie de efectos adicionales del ecosistema hacia el sistema social y viceversa.
En la imagen se muestra la Cadena de efectos a través del ecosistema y el sistema social (pesca comercial oceánica).
Las redes de deriva utilizadas para la pesca son redes de nylon que no se pueden ver dentro del agua. Los peces quedan atrapados en estas redes cuando tratan de nadar a través de ellas. Durante los años ochenta, los pescadores utilizaron miles de kilómetros de redes de deriva para atrapar peces en todos los océanos del mundo. A mediados de esa década se descubrió que las redes de deriva estaban matando un gran número de delfines, tortugas, y otros animales marinos que se ahogaban al quedar enredados en ellas.
Cuando las organizaciones conservacionistas se dieron cuenta de lo que las redes le estaban haciendo a los animales marinos, iniciaron campañas en contra del uso de redes de deriva, movilizando a la opinión pública y presionando a gobiernos con el fin de obligar a los pescadores a abandonar esta práctica. Los gobiernos de algunas naciones no respondieron, pero otras llevaron el problema ante la Organización de las Naciones Unidas, que aprobó una resolución para que todos los países dejaran de utilizar redes de deriva. Al principio, muchos pescadores no querían dejar de utilizarlas, pero sus gobiernos los obligaron a cambiar. Después de algunos años, los pescadores cambiaron de redes de deriva a palangres y otras artes de pesca. Los palangres, poseen muchos anzuelos con cebo en un cordel muy largo y se utilizan actualmente.
La historia es un ejemplo que nos muestra como la pesca afectó al ecosistema (al matar delfines y focas), lo que a su vez condujo a un cambio en el sistema social (en la tecnología pesquera). Y la historia continúa hasta hoy. Hace unos seis años se descubrió que los palangres están matando grandes cantidades de aves marinas, especialmente albatros, cuando las líneas son tiradas al agua desde los barcos. Mientras los anzuelos se van desenrollando de la popa de un barco hacia el agua, las aves vuelan hacia ellos para comerse la carnada de los anzuelos que flotan detrás del barco, muy cerca de la superficie del agua. Las aves son atrapadas por los anzuelos, arrastradas bajo el agua, y ahogadas. Los gobiernos y los pescadores entonces están investigando modificaciones a los palangres para proteger a las aves.
Ademas, la cadena no termina ahí ya que por otra parte las focas y otros animales piscívoros cuyas poblaciones pueden estar disminuyendo hacia la extinción en algunas áreas, debido a que la pesca excesiva ha reducido la disponibilidad de su alimento.Parece ser que la disminución de las poblaciones de focas en aguas ribereñas de Alaska es la causa de la desaparición de los impresionantes bosques de algas de esa región. Las orcas que antes perseguían a las focas, se han adaptado a su disminución, cambiando su dieta por nutrias marinas, reduciendo así la población de esta especie. Los erizos de mar son el principal alimento de las nutrias marinas, y se alimentan de algas. La disminución de las poblaciones de nutrias marinas ha ocasionado el incremento de la abundancia de erizos de mar, y estos han diezmado los bosques de algas que constituyen un hábitat único para cientos de especies de animales marinos. Un cambio en un punto de la cadena trófica del ecosistema, lo afecta en su totalidad.
Desarrollo Sustentable
Muchas de nuestras actividades generan impactos en el medio ambiente de maneras a veces muy sutiles, o involucran cambios tan lentos que las personas no se dan cuenta de lo que está sucediendo hasta que el problema es grave. Los problemas pueden aparecer de repente, y a veces a distancias muy considerables de los sitios donde se llevaron a cabo las actividades que les dieron origen.
Tenemos entonces otro ejemplo claro para entender la situación. Hasta los años sesenta, el mercurio se utilizaba en muchos procesos industriales, como la producción de papel y plásticos. Las fábricas de plásticos de la región de Minamata en Japón descargaban rutinariamente desechos de mercurio en las aguas costeras adyacentes. Aunque se sabía que este era muy tóxico, nadie se preocupaba, porque se pensaba que el océano era muy grande. Sin embargo, las bacterias que habitaban alrededor de los desagües de las fábricas estaban transformando el mercurio en metano, que se estaba acumulando año tras año en el ecosistema costero. El mercurio era biológicamente acumulado al pasar de un nivel a otro de la cadena alimenticia, desde el fitoplancton que son plantas microscópicas, hasta al zooplancton (animales diminutos), a pequeños peces, y finalmente a los peces lo suficientemente grandes como para que la gente los comiera. Nadie se estaba dando cuenta de que la concentración de mercurio en los peces era más de un millón de veces mayor que la concentración en el agua de mar circundante.
Durante los años cincuenta, más de 1000 personas en la región de Minamata contrajeron una enfermedad que mató muchísimas personas, y quienes sobrevivieron quedaron con daños neurológicos devastadores. Ademas genero importantes deformaciones congénitas en muchos recién nacidos. Una vez que los pescados contaminados con mercurio fueron identificados como la causa del problema, los habitantes locales emprendieron una campaña para que las fábricas hicieran algo al respecto. Finalmente, después de varios años, el gobierno ordenó a las fábricas que dejaran de descargar mercurio; pero la gran cantidad de mercurio que ya se encontraba en el ecosistema costero continuó circulando a través de la red alimenticia. Pasaron cerca de 50 años antes de que los peces de la región de Minamata pudiesen comerse con seguridad de nuevo. Este dramático incidente condujo eventualmente a la eliminación mundial del mercurio en los procesos industriales de gran escala, aunque por desgracia el mercurio todavía se utiliza en la extracción de oro de las minas de parte de África, Latinoamérica y Asia.
El desarrollo sustentable puede definirse como la satisfacción de las necesidades del presente sin que se comprometa la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
El propósito del desarrollo ecológicamente sustentable es mantener saludables a los ecosistemas. Se trata de interactuar con los ecosistemas de maneras tales que les permita mantener la suficiente integridad funcional como para continuar proporcionando a los seres humanos y a todas las demás criaturas del ecosistema los alimentos, agua, refugio y demás recursos que necesitan.
El desarrollo sustentable no significa sostener el crecimiento económico. Es imposible sostener el crecimiento económico si esto depende de incrementar permanentemente las cantidades de recursos provenientes de ecosistemas con capacidades limitadas para proporcionarlos. Una sociedad saludable otorga igual atención a la sustentabilidad ecológica, al desarrollo económico y a la justicia social, porque se fortalecen entre sí.
Hay una estrecha relación entre la sustentabilidad de la interacción hombre-ecosistema y la intensidad de las exigencias que la gente hace a los ecosistemas. Todos dependemos de los ecosistemas para obtener recursos energéticos y materiales. Algunos recursos, como los depósitos de minerales y combustibles fósiles, son no renovables; otros recursos, como los alimentos, el agua y los productos forestales, son renovables. La gente utiliza estos recursos, y después los devuelve al ecosistema como desechos, tales como el drenaje, la basura, o los efluentes industriales.
Cuantos mayores son las demandas sobre los ecosistemas, en términos de la intensidad del uso de los recursos, resultan menos sustentables.
El uso intenso de los recursos no renovables acaba más rápidamente con su disponibilidad, deteriorando la capacidad de los ecosistemas para proporcionarlos. La interacción sustentable con los ecosistemas solamente es posible si las demandas se mantienen dentro de ciertos límites.
A medida que ha aumentado la conciencia ambiental, se han dado cambios en el sistema social para reducir la intensidad de las exigencias a los ecosistemas. En años recientes se ha dado un desplazamiento desde tecnologías que desperdician recursos, hacia tecnologías que los utilizan más eficientemente y reducen la contaminación.
Una población pequeña puede gozar de altos niveles de consumo sin exigir demasiado del medio ambiente.
El nivel de consumo de las naciones más ricas es enormemente mayor que el de las más pobres. El impacto de la población en las naciones más ricas no sólo radica en el gran número de personas que ya tienen, sino también en el hecho de que sus intensas demandas se extienden a ecosistemas más allá de sus fronteras.
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