Actualizado diciembre 17, 2016
Hace poco tiempo se inició una campaña internacional que pretende reducir la utilización de organismos geneticamente modificados. Una gran cantidad de organizaciones se han sumado a ella, abriendo de esta forma una nueva batalla en favor de la ecología.
¿Qué son los organismos genéticamente modificados?
Los organismos se modifican genéticamente mediante una tecnología que trasplanta genes entre especies que de forma natural nunca se cruzarían (por ejemplo, entre un animal y una planta) de forma que el organismo resultante es nuevo en la naturaleza. Grandes investigaciones se han hecho en el sector por parte de dlas grandes multinacionales del sector agrofarmaquímico, con el objetivo inicial de obtener semillas resistentes a los herbicidas que ellas mismas producen o que crezcan más rápidamente. Lo que en principio eran trabajos de laboratorio, ahora se ha introducido en los mercados, y desde el año 1996 han comenzado a llegar a Europa semillas de soja y de maíz mutantes, procedentes de Estados Unidos, pero mezcladas con variedades naturales.
¿En qué consiste la campaña internacional contra la modificación genética?
El objetivo que tiene la campaña internacional es evitar lo más que se pueda la propagación de organismos transgénicos en el medio ambiente, sobre todo porque impacta negativamente en la biodiversidad y afecta la genética natural, no sabiendo aún con precisión cuales serían sus consecuencias a largo plazo.
La campaña va dirigida a los 159 países que firmaron en el año 2000 el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre la Diversidad Biológica, a través del cual se acordó implementar regulaciones que impidan la propagación de plantas modificadas genéticamente al medioambiente.
Una de las organizaciones más comprometidas con este movimiento es la Unión de Científicos Mexicanos (UCCS), y explican las consecuencias de este fenómeno de la siguiente manera: “Ya hay varios ejemplos bien documentados de plantas genéticamente modificadas que tienen una propagación descontrolada en ecosistemas silvestres. También hay casos de presencia de transgénicos en variedades autóctonas o plantas de cultivo alimentario como el maíz en Mexico y el arroz en China. Existe un gran riesgo de que no vamos a ser capaces de volver a la biodiversidad original sin transgénicos bio-activos, que pueden alterar profundamente la dinámica de la naturaleza”.
Además de esta, una gran cantidad de organizaciones se han unido a esta campaña, entre las cuales podemos citar a Ecologistas en Acción (España), Econexus, Greenpeace International, Ecoropa, ETC Group, Red Europea de Científicos por la Responsabilidad Social y Ambiental (ENSSER), Amigos de la Tierra, Europa (FOE), Gene-ética de la red (Alemania), Red de Semillas (España), Testbiotech (Alemania), y la Red del Tercer Mundo (TWN).
Objetivos de la campaña internacional contra la modificación genética
El reclamo que se hace como consecuencia de esta campaña es el cumplimiento estricto del Convenio de Diversidad Biológica, alertando a su vez, sobre las consecuencias a largo plazo de la propagación de genes modificados en el medioambiente.
Consecuencias de la propagación de organismos genéticamente modificados
En primer lugar hay que decir que una vez liberados al medio ambiente los transgénicos no se pueden controlar. La contaminación genética pone en peligro variedades y especies cultivadas tradicionalmente, y es irreversible e impredecible, no se puede volver a la situación de partida.
A su vez, las variedades transgénicas pueden contaminar genéticamente a otras variedades de la misma especie o a especies silvestres emparentadas.
El aumento del uso de productos químicos eliminan o afectan gravemente a la flora y a la fauna. Con las plantas tolerantes a herbicidas, el agricultor debe usar cada vez más cantidad de agrotóxicos para acabar con las llamadas «malas hierbas».
Por último, sólo un puñado de empresas (el 90% de los transgénicos están en manos de Monsanto) controlan el mercado de estas semillas y de los productos químicos asociados, generando un monopolio en la producción de alimentos.
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